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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

domingo, septiembre 23, 2018

Nos prometieron un país y nos dieron solo cinismo - Por Leo Rearte.

Nos prometieron un país y nos dieron solo cinismo - Por Leo Rearte.

No solo no hacen lo que prometen, sino que lo que hacen es todo lo contrario. Cinismo puro.

1) ¿Será así? ¿Son tan cínicos? Me imagino que sucedió en todas las campañas políticas, desde 1983 hasta la fecha. Me imagino la escena. Diversos publicistas, operadores de campaña, gurúes de las elecciones de turno, reunidos con los integrantes de la mesa chica de los diversos candidatos, preguntando: "Estimados, si ganamos las elecciones... ¿qué cosa estamos seguros, pero seguros, que no vamos a poder cumplir ni a palos?". Y en ese momento, el aspirante a presidente expone largamente sobre esos ítems negados, esos que no piensa realizar, por impotencia o por que no se le canta. Acto seguido, el especialista en triunfos electorales espeta: "Precisamente eso que NO vamos a hacer, justo eso, será nuestra gran promesa de campaña. ¡A imprimir afiches!".

Si no es así, ¿cómo explican la diferencia diametralmente opuesta entre lo que vitoreaban los slogans y lo que al final se hizo? Del dicho al hecho no hay un trecho en Argentina. Tampoco una grieta. Lo que hay es un abismo.

Y no me refiero solo al reciente latiguillo macrista de "Pobreza cero". Una pro-mesa que suena (tristemente) irrisoria en este contexto de inflación galopante (una máquina de fabricar índices de miseria). Quiero enumerar todos los anuncios que fueron ejes de las campañas de los últimos presidentes, todos con el mismo denominador común: ¡Hicieron exactamente lo opuesto! O fue casualidad, o fue ingenuidad, o fue puro cinismo...

A) Pero antes de entrar en el catálogo del horror de lo no cumplido… ¿Qué cuernos es el cinismo? Vale la pena conocer su historia para saber en qué piensa la gente que se nos ríe en la carompa.

Diógenes, en la Grecia Antigua, prestigió la escuela de los Cínicos, una rama filosófica que buscaba desarrollar lo mejor del ser humano que, creían, tenía que ver con la vida austera, autónoma, integrada a la naturaleza. Miraban a los perros, que no necesitaban más para vivir que un poco de agua, algo de comida y un lugar para echarse. Algunos especialistas sostienen que el actual significado de cínico (del latín cynicus y este del griego kynikós 'perteneciente al perro', derivado de kïon, kynós 'perro'), como hipócrita, descarado o impúdico, viene precisamente de "ser como un perro". Es decir, que el mote "cínico" actual proviene de la mirada "cínica" de los contemporáneos de los cínicos, que solían mofarse de aquellos que decidían prescindir de los lujos materiales... 
2) Me acuerdo que mi vieja, madre de dos varones, repetía que votó a Alfonsín (me imagino que entre otras cosas) por su promesa de eliminar el Servicio Militar Obligatorio. No solo prometió esto -que no se dio-, también en sus spots hablaba largamente de pacificar al país (hizo lo que pudo, sufrió el agravante de haber sido sucesor de la dictadura más sangrienta de nuestra historia) y ¡luchar contra la inmoralidad de la inflación! Todos sabemos que tuvo que entregar el gobierno por anticipado, jaqueado por la hiperinflación. Pero este fue solo el comienzo de una caterva de espejismos electorales de la política de los últimos años.

Después apareció el caudillo neoliberal de La Rioja que nos vendió una "revolución productiva"; justamente, a las puertas del periodo en el que se abrieron las importaciones y la industria nacional besó la lona. También Menem impuso el latiguillo "Síganme, no los voy a defraudar". Y así, seguimos con el plan de convertibilidad del gobierno menemista hasta el 2001, y ya sabemos cómo terminó esa película. Defraudación fue lo mínimo que se vivió.

Y hablando de esos años aciagos, cómo olvidarnos de la campaña del "aburrido" De La Rúa, que de aburrido tuvo -desgraciadamente- muy poco. Volver a escuchar la propaganda "Somos más" de La Alianza es más triste que un atardecer de domingo. "Somos más", decía el aviso del gobierno, que con el correr de los meses nos hizo sentir a los argentinos lo menos de lo menos.

Luego, entramos en la década “ganada” o "coimeada", de acuerdo a en qué parte de la grieta usted se encuentre. Es curioso que la simplísima campaña de Fernández de Kirchner entra en las generales de la ley: "Cristina, Cobos y vos". ¿Te das cuenta que no se pudo ni cumplir esto? Otra promesa no positiva.

También recuerdo el lema del último gobierno K: "Argentina, un país de buena gente"; hoy suena patético, a la luz del espectacular entramado que destaparon los cuadernos K, con implicancias empresariales, dirigenciales, y choferísticas.

B) Sigamos detrás del significado de "cinismo", que puede llegar a ser productivo. Hay estudiosos que argumentan que los antiguos Diógenes y Antístenes, entre otros, supieron ser muy mordaces con el mundo que les rodeaba, y buscaban a través de la transgresión permanente, burlarse del "grecian way of life". Y ese particular sentido del humor es el que hoy conocemos como "cinismo". Es decir, los cínicos fueron cínicos con los que no eran de su propia escuela filosófica.

Y hay otra teoría más sencilla sobre por qué la palabra cínico devino en el concepto de persona deshonesta y "sobradora" de hoy. Al parecer, muchos de los antiguos cínicos predicaban el amor por la vida sin excesos ni gustos materiales, mientras que por atrás ¡cobraban jugosos subsidios del Estado!

El término cinismo, ayer y hoy, permite hacer referencia a la impudicia, la obscenidad descarada y la falta de vergüenza a la hora de mentir o defender acciones que son condenables. Al hecho de, por ejemplo, prometer y prometer sueños, y después, entregar pesadillas y pesadillas. Y todo eso, con una linda sonrisa de afiche de campaña electoral.
Publicado en Diario "Los Andes" de Mendoza, domingo 23 de Septiembre de 2018.-

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