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LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

jueves, septiembre 20, 2018

10 puntos que reflejan la crisis frutícola de la última década.

Desde hace tiempo que se viene hablando de la crisis del sector frutícola. Pérdida de competitividad, mayores costos, y falta de calidad, son algunos de los comentarios que se escuchan a la hora de definir el origen del conflicto que tiene el sector. Esta claro que el problema de la actividad es multicausal es decir, no existe una única variable que defina su progresivo deterioro.
Lo que sí esta claro es que la crisis es local y poco tiene que ver los factores externos en este tema. Muchas veces escuchamos a empresarios decir que el mundo se cierra o que la creciente oferta mundial limita las ventas, sin embargo, las estadísticas muestran todo lo contrario.
Pero volvamos al plano local. Los siguientes, entre otros, son los puntos que reflejan la crisis de un sector que fue tan importante para el desarrollo del norte de la Patagonia.
1-
La caída en los niveles de producción de pomáceas en todo el Valle de Río Negro y Neuquén es el principal síntoma de la falta de rentabilidad que muestra el sistema. Según datos oficiales, en la temporada 2008 la cosecha de peras y manzanas se ubicó en torno a los 1,66 millones de toneladas. Ese año el sector estaba recibiendo los últimos vientos de cola de la devaluación tras la crisis de la Convertibilidad e ingresaba en un proceso recesivo con fuerte alza de costos en dólares. La cosecha pasada se ubicó en 1,06 millones de toneladas. Es decir que, en una década, el sector dejó de producir 600.000 toneladas de fruta producto de la crisis que atravesó en el período bajo análisis. En términos relativos la caída se ubicó en el 36%.
2-
En línea con el primer punto, pero con una caída porcentual mucha más marcada, están las exportaciones de fruta de peras y manzanas del Valle. Según distintos informes oficiales, las colocaciones de pomáceas en el exterior durante 2008 alcanzaron las 627.000 toneladas, contra algo más de 325.000 registradas el año anterior. Los números son realmente duros de digerir, teniendo en cuenta que en 10 años el sector dejó de exportar más de 300.000 toneladas de fruta, lo que muestra un desplome de ventas del 48% en el período bajo estudio. Ese volumen fue ocupado en los mercados externos por terceros países competidores y será muy difícil recuperarlos teniendo en cuenta la cantidad de actores que hoy hay en el mercado. Las más de 300.000 toneladas equivalen a unos 315 millones de dólares que dejaron de ingresar al país.
3-
La oferta del Valle de Río Negro y Neuquén destinada al mercado interno se mantuvo relativamente estable en términos nominales. La estadística oficial detalla que durante 2008 el consumo de peras y manzanas a nivel local llegó a las 360.000 toneladas. Díaz años después ese valor cayó apenas a las 350.000 toneladas, es decir mostró una baja del orden del 3%. Si bien la diferencia esta en sólo 10.000 toneladas, la cifra se vuelve más importante cuando se tiene en cuenta el crecimiento demográfico que verificó el país en ese período. Así, la caída del consumo computando esta variable es mayor. Con una simple cuenta matemática se puede definir que el consumo per cápita de peras y manzanas en la Argentina durante la última década cayó un promedio del 16%.
4-
La industria de jugos concentrados fue clave durante años dentro del sistema frutícola regional. Sirvió para financiar gran parte de la cosecha, un momento clave por la necesidad de fondos que reclama la actividad. Pero la crisis arrastro también a este sector. En 2008 las jugueras de la región llegaron a procesar 590.00 toneladas de peras y manzanas, producto que era destinado en una alta proporción al exigente mercado de los Estados Unidos. Durante la temporada pasada, la región procesó tan sólo 340.000 toneladas de fruta. En valores nominales la baja en la década fue de 250.000 toneladas. En valores relativos, la caída fue del 42%. Sobre estos fríos números hay que agregar que en 2008 existían en toda la región siete empresas exportadoras de jugos concentrados. Hoy quedan en pie sólo dos.
5-
Cuando se suman los tres segmentos comerciales a través de los que se comercializan la fruta de la región (exportación en fresco, mercado interno y elaboración de jugos concentrados) los números finales muestran la gravedad de la crisis. En 2008 el sistema procesaba 1.577.000 toneladas de peras y manzanas. Diez años después ese volumen llega sólo a algo más de un millón de toneladas. Las más de 560.000 que se dejaron de producir para ser destinada a los distintos mercados nacionales e internaciones terminaron por afectar, sólo en la época de cosecha, más de 5.800 trabajadores. El deterioro de la actividad es tal que el Valle necesitará realizar enormes inversiones y esperar por lo menos otros 10 años más para alcanzar los volúmenes de 2008.
6-
En la última década el sistema frutícola perdió 6.273 hectáreas. Los datos surgen de los estudios realizados por el Senasa en los que se detalla que en 2008 existían 46.701 hectáreas destinadas a la producción de pomáceas, muestran que en 2017 esa superficie llegaba a las 40.428 hectáreas. Estudios privados elevan ese numero al analizar que muchas chacras hoy son declaras como tales pero que se encuentran fuera del sistema ya que su fruta no puede ser comercializada. Sólo hay que mirar a los costados de la Ruta 22 para comprender el nivel de abandono que tienen las explotaciones. Independientemente de ello, el número es importante. Las más de 6.000 hectáreas abandonadas representan dos veces el ejido de la ciudad de General Roca.
7-
El sistema frutícola marginó en esta última década a 418 productores. Otro de los síntomas que muestra el modelo en crisis. Según datos brindados por el Senasa en 2008 existían en todo el Valle de Río Negro y Neuquén 2.498 productores frutícolas. Esa misma fuente detalla que el año pasado se registraron apenas 2.042 chacareros mostrando una caída del 18% en relación al período en estudio. El dato que hay que desgranar dentro de este análisis es que en 2008 existían 2.205 chacareros con menos de 30 hectáreas. En 2017 llegaron a los 1.777 los productores con este estrato menor de superficie. Una sencilla cuenta detalla que el 93% de los que fueron expulsados del sistema han sido pequeños productores.
8-
Combinando la estadística que se detalla en todo este trabajo, se termina por deducir que la productividad del sistema frutícola del Valle también se vio resentida con la crisis estructural que padeció en estos últimos años. Es así que en 2008 la producción promedio por hectárea que presentaba la región de ubicó en las 36 toneladas. Una década después este indicador de eficiencia productiva se desplomó 18% para ubicarse en 26 toneladas por hectárea, uno de los niveles más bajos que existen en el globo. Si bien estos son promedios, hay que decir que una parte del Valle mantiene niveles de productividad altos, por encima en algunos casos de las 50 toneladas por hectáreas. Pero claramente, estos no son ejemplos que se puedan generalizar.
9-
La crisis estructural del Valle, en términos generales, es propia. No está siendo afectada por variables que llegan desde el exterior. Los modelos económicos locales, que fueron y son la suma de los gobiernos de los últimos años, terminaron por empobrecer al sistema regional. Mientras que en la Argentina la producción de peras y manzanas, como se mencionó párrafos arriba, cayó en la década 36% pasando de los 1,66 millones de toneladas a los 1,06 millones de toneladas en todo el mundo la cosecha de pomáceas registró un salto del 44% en este mismo período. Con esta estadística comparativa, no hay posibilidad de eludir responsabilidades. El mundo poco tiene que ver con nuestros problemas.
10-

Lamentablemente, la misma comparación debemos hacer con el comercio externo frutícola. El Valle de Río Negro y Neuquén dejó de exportar en estos últimos diez años algo más de 300.000 toneladas de peras y manzanas. Pero contrariamente a lo que nuestras estadísticas reflejan, los países productores del resto del mundo muestran una tendencia creciente de sus ventas. Chile es el ejemplo más cercano... y envidiable. Pero volvamos al mundo: las exportaciones de peras y manzanas en todo el globo crecieron en estos últimos diez años 27% al pasar de los 6 millones a las más de 7,6 millones de toneladas. Parte de esas ventas fueron las que desplazaron nuestra pequeña oferta exportable en este período bajo análisis.
Datos clave
934
son los millones de dólares
que perdió el sistema frutícola en estos últimos diez años productivos.
30%
de este último valor corresponde a la descapitalización del sector.
40,4
es el valor de cierre del dólar en lo que va de esta semana. Más que duplica la cotización de la temporada 2017. Un dato positivo para la actividad.
Publicado en Diario "Río Negro", 20 de Septiembre de 2018. Imagen pertenece a la misma publicación.

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