Sarmiento ante los revisionistas. Apasionado, reflexivo y autoritario, pensó y sintió como nadie, aunque eso implicó muchas injusticias. Por Pablo Adrián Vázquez.

"Sombra terrible de Sarmiento, voy a evocarte". Parafraseando el inicio de "Civilización y Barbarie. Vida de Juan Facundo Quiroga" (1845), o simplemente Facundo, una de las mejores obras ensayísticas de nuestro continente, surgida de la mente y la pluma de Domingo Faustino Sarmiento. De aquel que existió porque escribió, y escribió porque tuvo la pretensión de ser el fundador de una Nación.

Apasionado y colérico, reflexivo y autoritario, pensó y sintió a su país como nadie, aunque eso implicó muchas injusticias. Combatió a quienes creyó culpables de la barbarie como antirrepublicanos, como a Quiroga y Juan Manuel de Rosas, pero trazó en sus escritos agudos análisis de sus enemigos que, sin querer (?), fueron esbozos de posteriores comprensiones y defensas de los personajes.

"Facundo" es, junto a las "Bases" de Juan Bautista Alberdi y el "Martín Fierro" de José Hernández, los textos fundantes de nuestra identidad, en tensión, pero identidad al fin. Su obra, compilada tempranamente entre 1884 y 1903 por Luis Montt y Augusto Belin Sarmiento (nieto del ilustre sanjuanino), en cincuenta y dos volúmenes, más un índice general e índice onomástico, es un monumento al pensamiento republicano. Pensamiento no exento de contradicciones e injusticias, como de pasajes que envidian los pensadores más destacados del planeta.

Natalio Botana en "Domingo Faustino Sarmiento, una aventura republicana" (1996) afirmó que: "El "festín de la vida" es también de la palabra: su colección de libros, folletos, mensajes, correspondencia y artículos impresos conforman una pesada mole rodeada por un material aún no clasificado. La cantidad de textos hagiográficos, denuestos y críticas eruditas que se acumularon sobre estas fuentes es asimismo no menos espesa. Hay pues en este ser "enorme y extraño", como lo llamó Groussac, una especie de vocación hacia la desmesura. A Sarmiento se lo identifica con el genio y la grandeza o se lo compara en tono bíblico con profetas y apóstoles. Con afán semejante se describe su fisonomía o se usan sus libros para fijar arquetipos".

LA PRODUCCION SARMIENTINA

Desde los estudios históricos, la sociología, la pedagogía y la ciencia política, se intentó abarcar la producción sarmientina, destacando las potencialidades y los defectos del reputado escritor.

Liberales, socialistas, católicos y nacionalistas han debatido por, y con, Sarmiento, como forma de reafirmar su identidad. Sea en ediciones críticas y estudios preliminares de sus libros, sumadas a las obras sobre Sarmiento o sobre algún aspecto de su fecunda labor, los escritores y escritoras locales, y de otras latitudes, el pensamiento del presidente argentino sirvió, y servirá, para incrementar los debates sobre nuestro ser nacional.

Figura canonizada por el liberalismo, a pesar de sus duras polémicas con Alberdi y en menor medida con Bartolomé Mitre, y por el socialismo vernáculo, donde las huestes de Juan B. Justo, desde las tribunas políticas a los claustros, lo tomaron como un santo laico, a pesar que en vida Sarmiento hubiese adjurado de cualquier acercamiento a la izquierda.

Empero, será en las corrientes del catolicismo, nacionalismo, revisionismo e izquierda nacional donde se encontrarán a sus detractores u objetores de su legado.

Libros, artículos y discursos de estas ramas de la historiografía no obviaron en sus análisis de la realidad histórica local al sanjuanino, achacándole su falta de compromiso con las masas, su persecución a los caudillos federales, su desaprensión por el territorio austral, su autoritarismo y racismo.

Sea una condena total al infierno, o una atenuación al considerar su brillante pluma y su pasión militante, estos sectores se han formado una imagen y han labrado en sus palabras un modelo a combatir, donde quizás no primó el análisis profundo de las circunstancias en las que obró Sarmiento, el aferrarse a sus cartas o exabruptos que describen un actuar situado en determinado momento y no el reflejo integral de su obrar.

TEXTOS NO VALORIZADOS

A modo de ejemplo, seleccionando textos no canónicos o no valorizados en estos tiempos sobre el "Maestro de América", se puede destacar a Adolfo Saldías, el padre del "revisionismo argentino" y amigo del sanjuanino, quien publicó "Fundación de la Biblioteca Domingo Faustino Sarmiento en los Altos Pirineos" (1888), "A Sarmiento en Civilia" (1888), "Discurso sobre Sarmiento en el Teatro Colón" 15 de mayo de 1911", en Páginas Políticas (1912), "Sarmiento en la política, en la sociedad", en Páginas Literarias (1912).

El historiador católico Rómulo Carbia en su "Pueyrredón, Agrelo y Sarmiento como memorialistas", "Valor de sus testimonios y Los sociólogos", "la Advertencia de R. Domingo C., producción historiográfica de Sarmiento, en Historia crítica de la historiografía argentina (1939).

Carlos Ibarguren, destacado escritor nacionalista de origen salteño, escribió "Ví de cerca a Sarmiento" en La historia que he vivido (1956) y "Sarmiento. Centenario de su muerte", reeditado en la Academia Argentina Letras (1988).

Marcelo Sánchez Sorondo publicó "Sarmiento, hombre de acción", en Revista Sur, Nº 341, julio - diciembre de 1977, y en su "La Argentina por dentro" (1987). Mientras que Matías Sánchez Sorondo aportó "El espíritu de Sarmiento, en Sarmiento Cincuentenario", (1939) y "Cinco Esbozos. El espíritu de Sarmiento, Mitre, Estrada, González, Uriburu" (1944).

El irascible Ramón Doll, socialista libertario que pasó a nacionalista extremo, aunque conservando su buena pluma, publicó "Por qué fue unitario Sarmiento" (1937), "Las mentiras de Sarmiento" (1939), "Otra mentira de Sarmiento se quiere celebrar" (1940), "Ricardo Rojas y el pensamiento vivo de Sarmiento" (1942), "Sarmiento y sus mitos" (1959), y "El Facundo en Lugones el apolítico y otros ensayos" (1966).

Roberto Tamagno, de origen radical y uno de los fundadores de FORJA, escribió "Sarmiento, los liberales y el imperialismo inglés" (1963). En tanto el nacionalista Pedro De Paoli publicó "Sarmiento. Su gravitación en el desarrollo nacional" (1964).

El Padre Leonardo Castellani, de exquisita pluma y pronta polémica, aportó "Sarmiento escritor" (1961), "El pensamiento vivo de Sarmiento" de Ricardo Rojas y "Sarmiento escritor en Lugones. Esencia del Liberalismo" (1976), y "La religión de Sarmiento", en Las ideas de mi tío el cura (1984).

El destacado periodista Luis Alberto Murray acercó su "Pro y contra de Sarmiento" (1974), con prólogo de Arturo Jauretche. Justamente, el escritor de Lincoln abordó a Sarmiento en "El maestro Ciruela", en su "El medio pelo en la sociedad argentina. Aportes para una sociología nacional" (1966), en "Manual de Zonceras argentinas" (1968) la figura del "Doctor Montonero" se estudia en la Zoncera Nº 1. Civilización y Barbarie, Zoncera Nº 2. El mal que aqueja a la Argentina es la extensión, Zoncera N º 10. La nieve contiene mucha cultura, Zoncera Nº 16. El niño modelo, Zoncera Nº 17. El niño que no faltó nunca a la escuela, Zoncera Nº 18. El buen compañerito, y en la Zoncera Nº 19. El niño que no mintió jamás. El hombre modelo", y también en Las polémicas de Arturo Jauretche. Tercera parte (1983), en Libros y Alpargatas, Un Facundo que agarró pa" los libros, con introducción y comentarios de Norberto Galasso.

Estos autores, que se podrían englobar en el "revisionismo", sin olvidar aportes de Fermín Chávez, Jorge Abelardo Ramos, Juan José Hernández Arregui, José María Rosa y muchos otros, dieron testimonio sobre su análisis sobre Sarmiento. A veces de tono destemplado, otras tratando de logra objetividad, pero siempre teniendo la producción de este notable sanjuanino como norte para pensar nuestra Nación.

Publicado en Diario "La Prensa", 10/09/2018.-