BUENOS AIRES se llama " TANGO ".
De los barcos bajaron inmigrantes europeos y también africanos esclavizados que fueron configurando el mestizaje cultural que hoy somos los y las argentinos La presencia africana en la República Argentina, se sabe, estuvo invisibilizada e insonorizada durante siglos. La historia blanca, centrada en Europa, fue la que pobló los manuales escolares y los relatos oficiales. Sin embargo, en la últimas dos décadas la historia silenciada de los afroargentinos del tronco colonial (argentinos descendientes de esclavizados en este territorio) comenzó a emerger dando cuenta de una presencia innegable, que forma parte de nuestras raíces como nación. Tal es así, que incluso uno de los símbolos de la identidad argentina como es el tango, tiene en su ADN la negruitud. Esta es la historia negra del tango...Si bien los estereotipos asocian al tango con la figura de Carlos Gardel, los conventillo de inmigrantes, la incorporación del bandoneón y una historia dominante centrada en los blancos, la palabra tango aparece desde el siglo XVIII siempre vinculada a prácticas musicales y danzarias de afros.
El documento escrito porteño más antiguo en que aparece la palabra “tango” data, casualmente, del 11 de noviembre de 1802 y es un boleto de compra-venta de un “sitio de negros” en el barrio de La Concepción (hoy Constitución).
Pablo Cirio, antropólogo del Instituto Nacional de Musicología Carlos Vega, halló este documento en su afán por comprender el origen y desarrollo del tango desde una perspectiva multiétnica y pluricultural. “Los inmigrantes europeos enriquecieron, complejizaron e hicieron evolucionar el tango a lo que hoy conocemos. Pero el género fue, en su origen, negro, vinculado con la milonga urbana y ésta con el candombe y otros géneros afroporteños menos conocidos. Todos ellos tienen la misma matriz afro. Cuando escuchás el candombe porteño, que siempre tiene letra, que se baila, que tiene letra, y analizás la cadencia de la melodía, la estructura armónica que la sustenta, empezás a oír estructuras parecidas a las de un tango antiguo. Pero sucede que la escucha es cultural y hemos sido educados para no ver ni escuchar a los negros. Cuando escuchas el tango y la milonga con un oído abierto a la diversidad, lo empezás a oír negro".
¿ALGUIEN ESCUCHÓ A LOS O LAS AFROARGENTINAS CONTAR LA HISTORIA DEL TANGO?
Pablo Cirio afirma que la historia oficial fue escrita consultando fuentes investigadas por blancos, desde un racismo científico naturalizado de neutral. El antropólogo ha venido entrevistando desde hace tres décadas a distintas generaciones de afroargentinos de muchas partes del país, y afirma que es posible construir una historia del tango a partir de esa memoria oral, de sus documentos y testimonios.
Los afroargentinos del tronco colonial nunca dejaron de tocar, de componer, de bailar, de gestar lugares donde compartir sus tradiciones. Si bien durante largos periodos lo hicieron por fuera del espacio público, se puede rastrear su presencia en cada momento hito del tango.
Sergio Pantaleón Montero tocando la guitarra. Buenos Aires, 1920 (Col. Pablo Cirio).
Las fuentes oficiales ubican a “El entrerriano” (1897), del compositor y pianista afroporteño Anselmo Rosendo, como el primer tango formalmente creado, dándolo como inicio del período conocido como Guardia Vieja (1897-1920).
Cirio lleva identificados 40 los compositores afroargentinos (con cerca de un millar de composiciones, publicadas e inéditas). Si bien en su mayoría son desconocidos, algunos se convirtieron en mojones ineludibles de la evolución del género.
Al centro José Delgado, afroporteño guitarrista y zapateador de jazz. Buenos Aires, ca. 1930 (Col. María del Carmen Obella).
Gabino Ezeiza (1858-1916) nació en San Telmo y fue quien introdujo en 1884 en un café
de Barracas que aún existe, la milonga en la payada. También fomentó la participación de
mujeres en la payada, como su hija natural Matilde Ezeiza.
En el apogeo del tango en Europa, que se da de la mano de Carlos Gardel y sus músicos (entre 1920 y 1930), aparecen las figuras de dos de sus guitarristas y compositores: los afrodescendientes Guillermo Barbieri (1884-1935) y José “el Negro” Ricardo (1888-1937).
“La pulpera de Santa Lucía” (1929), uno de los valses argentinos más reconocidos, fue compuesto por Enrique Maciel. Lo mismo sucedió con el conocido tango romanza “Margarita Gautier”(1935), cuyo autor es el afrodescendiente Joaquín Mora.
Joaquín Mora.
El gran afroargentino del tronco colonial Horacio Salgán (1916-2006) marcó con “A fuego
lento” (1955) el inicio de un nuevo estilo del que se nutrió Astor Piazzolla.
Desconocido para muchos, el contrabajista afro Ruperto “el Africano” Thompson (1890-1925) introdujo lo que se llamó “estilo cayengue”, un sello del tango moderno, que se basa en dar pequeños golpes al instrumento como si fuese un tambor.
“Los negros reelaboraron sus músicas junto con los inmigrantes que empezaban a llegar y con el mundo hispánico, con los que convivían hace siglos. Y así fue surgiendo el tango de una manera muy lenta. Que sean afro, no implica que toda su producción lo sea pero si no conocemos la música afroargentina no podemos juzgar qué partes de esas músicas tienen rasgos de negritud. Si no tengo la sensiblidad auditiva y corporal del hacer musical y danzario afroporteño, no puedo entender cabalmente melodías tan bellas como “El ciruja”, tango del entrerriano Ernesto Natividad de la Cruz (1898-1985) que, desde que lo
grabó su amigo Gardel, es emblema del lunfardo", argumenta Cirio.
LOS LAZOS SOCIALES DE LA MEMORIA
“Cuando se deja de hablar de un tema con el paso de las generaciones se corta el lazo que mantienen viva esa memoria, y después esos temas pasan al olvido, o mejor dicho, es reemplazado por otra memoria, en este caso la de los grupos hegemónicos.. Eso es lo que sucedió con los afroargentinos”, explica Pablo Cirio.
A pesar que en 1778 el 46% de la población argentina tenía origen africano, producto de los 72 mil esclavos que ingresaron al puerto de Buenos Aires y Montevideo entre 1777 y 1812, y que en la actualidad viven alrededor de 2 millones de afrodescendientes, según las organizaciones que nuclean a africanos y afrodescendientes, la narrativa dominante dejó de hablar del tema afro o lo redujo a pequeñas menciones en libros, alguna foto pintoresca o a los actos del 25 de mayo donde se los representó siempre en roles subalternos.
Del sitio BUENOS AIRES se llama " TANGO ".
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