Un nene argentino se robó la atención de los fieles católicos el miércoles cuando escapó de las manos de su madre y corrió hacia el podio del Papa Francisco durante una audiencia general, donde se libró de un miembro de la Guardia Suiza y se puso a jugar detrás de la silla del Pontífice.
La madre del niño habló brevemente con el Papa mientras intentaba llevarse a su hijo y le contó acerca del nene. El Papa le permitió seguir jugando a su alrededor.
"Este niño no puede hablar. Es mudo. Pero puede comunicarse", declaró el Sumo Pontífice ante cientos de peregrinos. "Y tiene algo que me hizo pensar: él es libre. Revoltoso... pero es libre", agregó ante la risa de la audiencia. "Pidamos a la gracia (de Dios) que pueda hablar", agregó.
La madre del niño dijo al Papa que la familia es de Argentina. Al salir del escenario, un sonriente Pontífice se inclinó hacia al obispo Georg Ganswein, que estaba sentado a su lado, y le susurró: "Es argentino. Revoltoso".
Publicado en Diario "Ámbito Financiero", 28/11/2018.
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