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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

viernes, enero 18, 2019

Arturo Umberto Illía, cincuenta años, ha. II-La llegada a la Presidencia por CARLOS PISTELLI.

Los liderazgos en la UCR, tras la caída de Perón.

 A diferencia de Arturo Frondizi, que era un intelectual haragán, que depositaba en otros, la confianza de la acción política, Ricardo Balbín era un militante de puerta por puerta. Pero carecía de las dotes de enamorar al electorado independiente. De ahí, su fracaso tras fracaso en aras de llegar al cargo máximo de la política nacional.
 Don Amadeo Sabatini, era un radical antiguo, de esos “de los de antes”, austero hasta la miseria, muy próximo en sus guiños a Yrigoyen, Falleció en 1960, dejando acéfalo al Radicalismo Línea Córdoba: su continuador era Santiago del Castillo. Pero Del Castillo se había impresionado en sus viajes a Cuba, y su cercanía personal con el Che Guevara, lo han convertido en cabeza de un movimiento de inspiración internacional cubana. Entonces, Arturo Illía heredó el liderazgo de don Amadeo.
 Moisés Lebensohn, era un intelectual de la puta madre, que a su vez tenía el don de la militancia y la elocuencia oratoria para convencer al público presente. Abogado personal de Evita, con la cual lo unía una vieja amistad personal, era de los pocos radicales no gorilas del partido. Falleció tempranamente, cuando era cabeza de lo mejor de esos jóvenes radicales que empezaban a despuntar. Quien hereda su liderazgo, es el “bisonte” Oscar Alende: El “bisonte” es elegido gobernador bonaerense en 1958, y con él vienen muchos radicales que habían abandonado el barco cuando Perón, como Jauretche y Scalabrini Ortiz.
 En el Frondicismo, se destacaba el santafesino Silvestre Begnys, gobernador ejemplar de su provincia en 1958. Fue la mejor gobernación santafesina de la historia, y eso le dio una proyección nacional, cuando Frondizi empezó a decaer, porque se lo tenía como a un leal a don Arturo, a diferencia de Alende, que inicia su ruptura con el Líder, ante las tantas defecciones del Presidente.
 En el Radicalismo Unionista, sobresalían Carlos Perette, entrerriano, y Miguel Zavala Ortíz, el civil que participó de los bombardeos de junio de 1955 contra el Pueblo. Pero llamar conservadores a estos tipos comparando los progresistas que tenemos actualmente en la política nacional, suena a broma. Igual, eran los conservadores partidarios de aquellos años.
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Illía, la proyección nacional.

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 En marzo de 1962, Frondizi llama a elecciones de renovación provincial de cargos ejecutivos, aceptando quel peronismo participe con nombre cambiado, “la Unión Popular”. El Frondicismo se impone en Santa Fe y Capita, el peronismo en la crucial provincia de Buenos Aires, e Illia en Córdoba. NI Carballo (electo en Santa Fe), ni Framini (peronista en Bs. As.) ni don Arturo, llegan a asumir. Un nuevo golpe depone a las autoridades constitucionales, asumiendo un títere llamado Guido.

 El interinato militar-civil de Guido se ve signado por las disputas en el seno de las FF.AA. entre “azules” y “colorados”.

  • AZULES, eran en su mayoría militares que entendían al peronismo como un movimiento “cristiano y nacional” al que había que respetar, impidiendo la jefatura de Perón, al cual una ley impedía mencionar. Su líder, luego de mucho trajín, fue Juan Carlos Onganía, teniente general de caballería. Una de esas imposturas: A General llegaron en nuestro pasado los que se ganaban los galones en el campo de batalla, no reprimiendo al Pueblo o por burocracia administrativa, así que nos negamos a llamarlo “teniente general”. Dada esta advertencia, mencionamos a otros “coroneles” importantes de esta línea, los próximos dictadores, Levington o Lanusse, o futuros golpistas como Julio Alsogaray, o Pascual Pistarini.
  • COLORADOS, eran militares gorilas, que contaban con el apoyo de la Marina, cuyo acercerbado antiperonismo era notorio.

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 El referente civil que tenían los primeros, era el conservador Rodolfo Martínez, cuyo colaborador dilecto, era nada más ni nada menos que Marianito Grondona. Con el tiempo tuvieron buenas migas con el “vandorismo”, que ya contaremos. Los ‘colorados’, tenían mejor relación con los radicales “del pueblo”, casos Balbín, Perette, Zavala Ortíz. Los futuros dictadores, Videla y Viola, pertenecían a esta rama.

 La cuestión es que estos muchachos se recontra cagaron a tiros, con tanques en las calles, y todo, para definir, “Una Democracia sin Perón”, o “Una Dictadura contra el Peronismo”, ganando (ganando?) los primeros. Guido nombró a Martínez su jefe de gabinete (En realidad le impusieron los vencedores este nombre) y Martínez llamó a elecciones nacionales para julio de 1963.

La Campaña electoral.

 Un referente de los “colorados” que había callado sus convicciones de la hora, fue Pedro Eugenio Aramburu, el más rancio militar gorila de los conocidos hasta entonces. Pretendió, con el apoyo gubernamental, levantar una candidatura como “civil” a la Presidencia. Tuvo el apoyo del estabishment, la Sociedad Rural, las corporaciones, etc. Creyó ser el vencedor de la jornada, y lanzó su partido, UDELPA.

Para evitar la llegada de tremendo personaje a la Rosada, los presidentes depuestos, hicieron a un lado, al menos un instante, sus diferencias pasadas. Perón y Frondizi, por intermedio de Rogelio Frigerio, lanzaron un llamado “Frente Nacional y Popular”. En principio, el dueño del diario Clarín, Roberto Noble, creyó que la candidatura sería para él. Pero desde Madrid se oyó la voz del Profeta, quien anunció el binomio Vicente Solano Lima, conservador de otros tiempos, y Silvestre Begnys, el ex gobernador frondicista de Santa Fe. Desde el Gobierno dictatorial hicieron lo imposible para moverle el suelo al Frente, y lo consiguieron. El propio Oscar Alende, escindió del Frente a la “UCRI”, obligando a Frondizi y a Frigerio a retirarse de su propio partido. El ‘bisonte’, se lanzó a la presidencial con una mirada radical, no peronista.

 La Dictadura cívico-militar de Guido impidió el progreso del Frente, que finalmente se abstuvo a escasos cuatro días del comicio de participar de la farsa, llamando a votar en blanco. El delegado de Perón, el neurocirujano Raúl Matera, procuró su propia candidatura, a los sones del “candidato peronista”, pero fue proscrito y expulsado del peronismo por el propio General. Su acompañante en la fórmula, el demócrata cristiano, Horacio Sueldo, pudo candidatearse, en cambio.

Un partido Socialista, no gorila, impuso el nombre del veterano Alfredo Palacios, y un partido Socialista, gorila completamente, llevó a Américo Ghioldi.

 En el Radicalismo, llamado “del Pueblo”, Ricardo Balbín se excusó de presentarse, dando la batalla electoral perdida de antemano, y declinó en Arturo Illía la candidatura. El veterano radical de Cruz del Eje, se puso la campaña al hombro, con dos lemas básicos: “Le doy una mano limpia”, y “Derogaré los contratos petroleros”, firmados por Frondizi, que eran una afrenta a la política nacional petrolera histórica que tenía la UCR con respecto a YPF. No es que Illía estuviera en desacuerdo con contratar firmas extranjeras para firmar convenios con YPF. Estaba en desacuerdo con la forma en que se firmaron. Mientras autores frondicistas dicen que sirvieron para hacer crecer la producción petrolera nacional, otros autores insisten en que se hicieron en desmedro del erario nacional.

Aramburu conllevaba toda la atención electoral, porque significaba la llegada de un experto gorila al poder civil. Pero la actitud del gobierno títere de Guido con respecto a proscribir al Frente Nacional, le jugaron gravemente en contra. Muchos electores peronistas, declinaron votar en blanco para impedir el triunfo de don Pedro Eugenio, y lo hicieron tanto con Alende como con Illía.

 En unos comicios viciados de democraticidad, un prócer de la Democracia alcanzó la presidencia de la República. Obtuvo poco más del 25% de los votos escrutados. Nada, les diría. Los Colegios Electorales, con el apoyo de otras fuerzas políticas, le dieron su aprobación, y el 12 de octubre, Arturo Illía, a sus 63 años, asumió la Presidencia de la Nación.

¡Quién lo hubiera esperado!

 4 AGOSTO, 2013

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