Un 25 de Mayo de 1809
cuando la Real Audiencia de Charcas comienza la Revolución de Chuquisaca
primera junta de gobierno en el Virreynato del Río de la Plata.
La primera junta encabezada por Cornelio Judas Tadeo de
Saavedra y Rodríguez -conocido
simplemente como Cornelio Saavedra nacido en Otuyo, Corregimiento de
Potosí -actual Estado Plurinacional de Bolivia -, cerca de
la antigua Villa Imperial de Potosí, que pertenecía por entonces al Virreinato
del Perú, bajo dependencia de la corona de España.
Saavedra estuvo
trabajando en el Cabildo de Buenos Aires, donde asumiría distintos
cargos administrativos desde que fuera convertida en capital del Virreynato del
Río de la Plata; tuvo una destacada participación en las Invasiones Inglesas,
fue jefe del Regimiento de Patricios, en
1808 Cornelio Saavedra participó en la reuniones de la Sociedad de los
Siete en la jabonería de Hipólito Vieytes y en la casa de Rodríguez Peña.
En mayo de 1810 llegó a Buenos Aires la noticia de la caída
de toda España en manos francesas, excepto en Cádiz, donde se había formado un
Consejo de Regencia que reemplazaba a la Junta Suprema de Sevilla. Dicha
noticia desencadenó el proceso revolucionario conocido como Revolución de Mayo.
La dirección del proceso estuvo en manos de un grupo secreto integrado por
Manuel Belgrano, Juan José Paso, Juan José Castelli, Nicolás Rodríguez Peña
Mariano Moreno e Hipólito Vieytes, entre otros. Éstos necesitaban el apoyo de
Cornelio Saavedra y los demás jefes militares para actuar, ya que sin ellos no
habrían tenido el poder para enfrentarse al virrey y la Intendencia de Salta
del Tucumán apoya sin retaceos al Primer Gobierno Patrio.
OIR MORTALES EL GRITO SAGRADO: Criollos, gauchos,
aborígenes, mulatos, zambos, mestizos, se entreveran en el grito sagrado de
la libertad.
Moreno y Saavedra se transformaron en los principales
referentes de la disputa interna que tuvo lugar sobre las distintas visiones
sobre el significado de la Revolución de Mayo.
Moreno pensó en disminuir la influencia de Saavedra, y para
ello se creó un nuevo regimiento de milicias, cuyos oficiales eran adictos a
Moreno y su grupo: el regimiento América, cuyos jefes eran French y Beruti.
Luego Cornelio Saavedra apoyó la incorporación de los
diputados del interior al poder ejecutivo, Mariano Moreno se opuso.
Decía Hugo Wast en su libro "Año X": "La Revolución argentina no es una jamona sin hogar venida a nuestras playas desde las orillas del Sena, despechugada y ronca, embardunadas las mejillas con la hez del vino de los bistrots parisienses, empuñando con la mano izquierda el Contrato Social, y empujando con la derecha el carretón de la guillotina.
Nuestra Revolución es una hermosa y valiente muchacha, hija legitima de familia hidalga, nacida aquí mismo, en las orillas del Plata, y que apareció por primera vez en las calles de Buenos Aires, con los cabellos adornados de diamelas criollas, empujando un cañón para tirar sobre los herejes invasores; y más tarde, en la plaza de la Victoria, blandiendo la espada que le entrega Saavedra, de dulce y pulido acero toledano, arma que en su mano parecía una joya…”
(…) "Nuestra revolución fue militar, desde el primer minuto.
El pueblo de Mayo tuvo una intervención tan desanimada en los sucesos de aquellos días, que se puede afirmar que sólo actuó a ratos, como espectador y no como actor.
Quiso saber de qué se trata, conforme a la celebérrima frase: "el pueblo quiere saber de qué se trata" pero cuando se lo dijeron o no lo comprendió o quedó satisfecho y se marchó de la plaza".
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