El recuerdo más triste de River: nueve años del descenso.
El 26 de junio de 2011 fue el día más triste de la historia de River: perdió la categoría en la Promoción frente a Belgrano en el Monumental.
"Pablo, ¡nos estamos yendo a la B!".
"Olvidate. Eso no va a pasar. Es imposible".
Pablo es Lunati, reconocido fanático de River. Y esta charla
del ex árbitro con un amigo suyo se produjo en los pasillos del Monumental el
18 de junio de 2011, después de la derrota por 2-1 contra Lanús que fue
dirigido por él en la última fecha del torneo Clausura. River terminaba en zona
de Promoción y debía definir la permanencia en Primera en una serie de ida y
vuelta contra Belgrano de Córdoba. Parecía imposible el peor desenlace, es
cierto. Siempre había resultado una utopía. Pero un día pasó. Hace nueve años,
el 26 de junio de 2011, el gigante de Núñez, el campeón del siglo XX, perdió la
categoría en su propio estadio. Increíble.
El pequeño Keko Villalva lloraba como un nene que se había
perdido de su mamá. Juan Pablo Carrizo salpicaba lágrimas desconsolado: se
sentía culpable, con razón, por sus insólitos goles en contra en la Bombonera y
ante San Lorenzo en el Monumental. El entrenador Jota Jota López observaba el
shock general incrédulo. Es más, aún hoy le cuesta asumir que esa pesadilla fue
real. Porque era algo imposible. Tan imposible como que una final de Copa
Libertadores entre River y Boca se definiera en Madrid y ese eterno triunfo en
el Bernabéu cicatrizara para siempre la herida más dolorosa de la historia del
club...
En realidad, lo imposible se había empezado a acercar a lo
posible en diciembre de 2008, cuando River terminó último en la tabla por
primera vez en el profesionalismo en el Apertura de ese año seis meses después
de haber sido campeón del Clausura con el Cholo Simeone, el mismo DT que
renunció cuando vio que el equipo podía terminar en la cola del torneo... Fue
la piedra que inició la imparable avalancha hacia el descenso.
A partir de ahí, el presidente José María Aguilar subestimó
la situación al contratar entrenadores como Pipo Gorosito y Astrada e
incorporar refuerzos de relleno y de escaso valor. El triunfo de Daniel
Passarella en las elecciones de 2009 fue otro empujón hacia el abismo, porque
el Kaiser creyó que el peso de su apellido por su exitoso pasado en el club y
en el fútbol argentino solucionarían mágicamente todos los problemas. Así,
canchereó la caída al elegir al lírico Ángel Cappa como técnico y luego apostar
por su amigo, que dejó de ser el Negro Jota Jota para ponerse pálido. Como se
pusieron jugadores consagrados como Carrizo y Mariano Pavone en instancias
decisivas y algunos de los tantos pibes del club que tuvieron que poner la cara
a la fuerza, como el Tucu Pereyra, Lamela, Lanzini, el Keko... Mientras el
líder Almeyda dejaba los últimos restos de su físico.
DAP también minimizó el riesgo al sumar un solo refuerzo
para el Clausura 2011, que encima fue el modesto y joven delantero Fabián
Bordagaray. Aunque la peor macana seguramente fue cuando pateó la puerta de la
oficina de Julio Grondona en la AFA y se peleó feo con el Jefe por los graves
errores del árbitro Patricio Loustau en La Boca.
Es incomprobable que ese cruce Passarella-Grondona haya
resultado letal para River, como tampoco se puede confirmar que el Kaiser le
armó el equipo a Jota Jota en el partido de ida de la Promoción, con Maidana en
el banco y el paraguayo Román de titular, que cometió un penal absurdo con la
mano.
El capítulo final de la pesadilla tuvo de todo: un gol de
Pavone a los cinco minutos que puso la serie 1-2 (River tenía la ventaja
deportiva en caso de empate), un penalazo a Leandro Caruso que Sergio Pezzotta
no vio (o no quiso ver), el apriete de Los Borrachos del Tablón al árbitro en
el entretiempo y el penal que le atajó Olave a Pavone.
Nueve años después, el dolor está enterrado por el inmediato
regreso a Primera y el maravilloso ciclo de Gallardo, el más glorioso de la
historia de River. Pero la mancha del 26 de junio de 2011 no se puede borrar.
Fue el golpe más grande, lejos.
Por Martín Blotto.
Hoy 26 de junio del 2020 en tiempos de aislamiento social con las actividades deportivas suspendidas, desde el mes de marzo, se viven de los recuerdos. River Plate volvió a primera división y a ganar el torneo local con la dirección de Ramón Díaz y lograr cambiar la historia de los superclásicos en los últimos años con su rival Baca Juniors de la mano de Marcelo Gallardo. Hoy tembién no van a faltar en las redes sociales "las gastadas" en las redes sociales haciendo recordar este momento triste de la gente de River Plate. Que comprende las reglas del juego donde se gana y se pierde.
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