GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

jueves, enero 06, 2022

Artabán es un personaje del cuento navideño The Other Wise Man (El otro rey mago), escrito en 1896 por Henry van Dyke (1852-1933), teólogo presbiteriano estadounidense. Cuenta el relato que Artabán era el cuarto Rey Mago que encaminó sus pasos hacia Occidente, siempre guiado por el fulgurante mapa celestial, en busca del Niño Jesús.



Artabán, junto a Melchor, Gaspar y Baltasar realizó planes para realizar el viaje en donde conocerían al Mesías y en donde entregarían sus respectivos regalos.
El cuarto rey mago, llevaba una gran cantidad de piedras preciosas (rubí, jade y diamante) para ofrecérselas a Jesús.
Camino al punto de reunión, se encontró con un anciano enfermo, cansado y sin dinero que necesitaba de sus cuidados, por lo que Artabán sin dudarlo le ofreció su ayuda.
Después de brindarle su apoyo, emprendió solo su camino hasta Belén, pero la sorpresa a su llegada, fue que el niño Jesús ya había nacido y sus padres habían huido rumbo a Egipto, escapando de la matanza de infantes que había ordenado Herodes.
Artaban no bajó los brazos y en su caminó encontró al ejército romano a quienes trató de detener en su encomienda, sin embargo, fue detenido y condenado a treinta años de prisión en las cárceles del Imperio Romano.
A su salida, el cuarto rey mago siguió brindando ayuda en los lugares por donde pasaba sin pensar que el cargamento de piedras preciosas se reducía poco a poco.
Así pasaron 33 años hasta que el cansado Artabán llegó al monte Gólgota donde crucificarían a un hombre que decían era el Mesías enviado por Dios para salvar al mundo.
Mientras observaba el tumulto de gente, Artabán alcanzó a ver que una mujer era llevada a la plaza en donde sería vendida como esclava para liquidar la deuda de su padre; por lo que no dudo en entregar el último rubí que quedaba en su bolsa a cambio de la libertad de la mujer.
Desconsolado y triste se colocó junto a una casa, pero en ese momento la tierra tembló y una roca lo golpeó dejándolo moribundo.
Artaban agonizando pidió disculpas por no haber cumplido con la misión de adorar al Mesías, pero antes de morir, una voz le dijo: “Todo lo que hiciste por los demás lo has hecho por mí, pero hoy estarás conmigo en el reino de los cielos”.
El número de los Reyes Magos ha estado en entredicho durante varios siglos, y hasta el IV los teólogos Orígenes y Tertuliano establecen que son tres y hasta el VIII no se les bautiza como Melchor, Gaspar y Baltasar aunque no fueron de uso común hasta el siglo X.
Hay una leyenda que sin ser parte de la Revelación, nos enseña lo que Dios espera de nosotros.
Se cuenta que había un cuarto Rey Mago, que también vio brillar la estrella sobre Belén y decidió seguirla. Como regalo pensaba ofrecerle al Niño un cofre lleno de perlas preciosas. Sin embargo, en su camino se fue encontrando con diversas personas que iban solicitando de su ayuda.
Este Rey Mago las atendía con alegría y diligencia, e iba dejándoles una perla a cada uno. Pero eso fue retrasando su llegada y vaciando su cofre. Encontró muchos pobres, enfermos, encarcelados y miserables, y no podía dejarlos desatendidos. Se quedaba con ellos el tiempo necesario para aliviarles sus penas y luego procedía su marcha, que nuevamente era interrumpida por otro desvalido.
Sucedió que cuando por fin llegó a Belén, ya no estaban los otros Magos y el Niño había huido con sus padres hacia Egipto, pues el Rey Herodes quería matarlo. El Rey Mago siguió buscándolo, ya sin la estrella que antes lo guiaba.
Buscó y buscó y buscó... y dicen que estuvo más de treinta años recorriendo la tierra, buscando al Niño y ayudando a los necesitados. Hasta que un día llegó a Jerusalén justo en el momento que la multitud enfurecida pedía la muerte de un pobre hombre. Mirándolo, reconoció en sus ojos algo familiar. Entre el dolor, la sangre y el sufrimiento, podía ver en sus ojos el brillo de aquella estrella. Aquel miserable que estaba siendo ajusticiado era el Niño que por tanto tiempo había buscado.
La tristeza llenó su corazón, ya viejo y cansado por el tiempo. Aunque aún guardaba una perla en su bolsa, ya era demasiado tarde para ofrecérsela al Niño que ahora, convertido en hombre, colgaba de una Cruz. Había fallado en su misión. Y sin tener a dónde más ir, se quedó en Jerusalén para esperar que llegara su muerte.
Apenas habían pasado tres días cuando una luz aún más brillante que mil estrellas llenó su habitación. ¡Era el Resucitado que venía a su encuentro! El Rey Mago, cayendo de rodillas ante Él, tomó la perla que le quedaba y extendió su mano mientras hacía una reverencia. Jesús le tomó tiernamente y le dijo:
“Tú no fracasaste. Al contrario, me encontraste durante toda tu vida. Yo estaba desnudo, y me vestiste. Yo tuve hambre, y me diste de comer. Tuve sed y me diste de beber. Estuve preso, y me visitaste. Pues yo estaba en todos los pobres que atendiste en tu camino. ¡Muchas gracias por tantos regalos de amor! Ahora estarás conmigo para siempre, pues el Cielo es tu recompensa.”
La historia no requiere explicación... nosotros somos el cuarto Rey Mago y Jesús espera que le encontremos en cada persona necesitada que se cruce en nuestro camino... hoy termina el tiempo litúrgico de la Navidad... pero deseo que la Epifanía—ese encuentro con Jesús que vive en cada hermano y hermana que sufre—nos acompañe durante todos los días de este año que comienza...
Publicado en face autor desconocido.

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