(Por Julián Moreno*).- El presidente de la Nación pretendió hablar en nombre de las Pymes refiriéndose a muchos pequeños productores que “están muy orgullosos de su trabajo y que “quizás no son una empresa grande, pero hacen las cosas bien, con profesionalismo y con mucho amor”.
Desde la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME) le comunicamos al Sr. Presidente que bajo las políticas económicas de su gobierno el orgullo, el profesionalismo y el amor al trabajo no alcanzan para salvar de la devastación a las Pymes, cooperativas y productores de las economías regionales.
En contraste con esas palabras pronunciadas en el marco de la campaña electoral, se conoció un informe del Consejo Productivo Nacional a partir de información de la AFIP, según el cual desde que asumió la actual gestión se destruyeron 18.748 empresas en Argentina, es decir, 43 empresas menos por día. Sólo en los primeros cuatro meses de 2019 se contabilizó el cierre 5170 empresas. En particular las empresas del sector manufacturero, que genera más empleo de calidad: se pierden 120 industrias por mes.
Las Pymes constituyen más del 99 % de las unidades productivas, por lo cual podría decirse que estamos ante frente a un “Pymicidio”. Este proceso es compatible con las tasas de interés que “planchan” provisoriamente al dólar pero destruyen la inversión; con una inflación del 57 % anual; con la baja del salario, la precarización laboral y la caída permanente del poder adquisitivo de la población.
El cambio de hábitos del consumo popular no se debe a la elección de productos de una otra marca, sino al avance de la pobreza, fruto una crisis recesiva sin final a la vista. El propio FMI, verdadero timón de la actual gestión, estimó que la economía argentina caerá 1,3 por ciento este año, consumo bajará 4,8 y la inversión, 17,5 por ciento.
Señor Presidente, las Pymes no necesitamos clases sobre “competitividad” sino políticas de Estado. Un régimen impositivo segmentado y progresivo, no sucesivos parches y persecución a quienes no pueden cumplir; un sistema financiero a favor de la inversión productiva, no de la especulación; un mercado interno fuerte, no ajustes recesivos y enfriamiento económico; un Estado activo que fomente la industria nacional y regule eficazmente del accionar de los formadores de precios y los recursos energéticos, no un Estado gerencial que garantice la política del zorro en el gallinero; una inserción internacional soberana e integrada regionalmente, no la firma de “acuerdos” abusivos con grandes potencias dignos de la época colonial.
Las Pymes necesitamos otro modelo económico, social y productivo. Un modelo inclusivo, basado sobre el desarrollo de la industria, la producción y el trabajo nacional. Un modelo que no excluya sino que convoque a empresarios, trabajadores, profesionales, científicos, docentes, quienes hoy se ven expulsados de sus trabajos o ven desvanecerse la obra de toda una vida.
En el marco de una campaña electoral signada por confusiones y falsos debates, creemos que la peor confusión es equivocar el debate de fondo que debemos dar: en qué modelo de país queremos y merecemos vivir los argentinos, de cara a un crecimiento sostenido con equidad social que asegure una vida digna a todos sus habitantes.
*Vicepresidente de APYME.
Fuente de información e imagen: ADN Río Negro, 26/07/2019.
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