Dijo Juan Carlos, Cholo: “La música quizás haya sido la manifestación artística que perduró en el tiempo y que fue sostén de la melancolía y tristeza de las familias que poblaron esta región”. Giuseppe Perego y Josefa Ballestra, italianos de Morbeño, fueron los abuelos paternos de Cholo. Se radicaron en Chivilcoy. Era músico. Tuvieron 7 hijos: Luis, Pedro, José, Alfredo, Lucía, Ema, Rosa. El padre de Cholo era Luis Perego, clarinetista y carpintero, dirigía una banda de 60 músicos en Trenque Lauquen. Allí se casó con Mónica Cuerda y fue el primer maestro de música de esa ciudad. Debido a ello, la Banda Municipal de esa localidad lleva su nombre. Tuvieron varios hijos: Josefa, Chicha, Toto Luis, Zulema, Dora, Fifa Adelfa, Juan Carlos Cholo, Irma, Raúl y Titi Jorge.
En esa localidad hicieron la escuela primaria. Recuerda Cholo que su papá viajaba por el interior de la provincia de Bs. As., con su Banda participaba de festividades y amenizaba romerías españolas e italianas y kermeses. Cholo desde niño era la mascota de la banda de su padre Luis y en los desfiles iba adelante tocando un pequeño tambor que se lo había hecho en la carpintería, con la que se ganaba la vida también. Su abuelo le compró un acordeón y le enseñó a tocar. Tomó clases con el profesor Emilio Flores. Cuando aún era niño tocaba la batería, ganaba su sueldo y comenzó con el acordeón. Posteriormente se fue a Bs. As., y al poco tiempo tocaba en radio El Mundo y radio Belgrano con figuras como Argentino Vale. Pero tenía problemas de asma.
Es así que cuando debió cumplir el servicio militar lo enviaron a Bahía Blanca; estuvo 3 meses. Subsiguientemente fue enviado a Comodoro Rivadavia por ocho meses. Recuerda que tocaba en fiestas y no sentía ataques de asma. Cuando terminó el servicio regresó a Bs. As. Al poco tiempo el asma volvió, por lo que decidió que volvería al sur, lugar en el que no tuvo problemas con su salud. Recibió el llamado de Gualberto García Echeverri, que tenía el conjunto Los Rítmicos y lo invitó a unirse a ellos en Bahía Blanca.
En 1947 vinieron a tocar a Cipolletti. Cuando el grupo se disolvió, se instaló en la ciudad en 1949. Con su hermano Raúl, que tocaba la trompeta, habían formado el quinteto Los Ángeles. Cholo formó su familia con Delia Elizabeth Mantecón el 10 de abril de 1955, con la que tuvieron 3 hijos. Luis Oscar, papá del nieto Giuliano que toca el bajo; Miguel Ángel, soltero; y Analía Elizabeth, actriz que vive en París. En su relato narró que les costó imponerse con el tipo de música que hacían: Glenn Miller, Duke Ellington, Harry James, jazz; luego agregaron típica.
Los Ángeles se disolvieron en los 70. Por la Confitería homónima cipoleña han pasado varios músicos que venían de Buenos Aires, como Horacio Salgan entre tantos. Concurría gente de Neuquén y Roca. Los sábados se armaba una linda fiesta musical ya que había un piano y cantores de todos los estilos. Pero él continuó amenizando eventos, fiestas y aniversarios. Acompañaron a cantantes de tangos en las peñas del Club Cipolletti. Su hijo Luis se consagró en Piano y teclados. Tuvo otras actividades Cholo: fue presidente del Club de Leones de Cipolletti, vicepresidente de la Sociedad Española de Socorros Mutuos de Cipolletti, presidente de Futura SA, la empresa que creó el barrio Residencial El Manzanar; tuvo comercios como la casa de deportes Ruca; tienda; la confitería Los Ángeles; Galgos Automóviles. Presidió la Fundación de Amigos del Tango en Cipolletti.
La familia de su esposa Delia Mantecón había llegado a Cipolletti por una oferta de trabajo en Elosegui -almacén de ramos generales- de la ciudad cipoleña. “Con Luis en bajo, con Baby Buscarini en saxo, con Carlos Pascal en batería y yo en piano, formamos un cuarteto”. Homenajeamos a Cholo porque fue testigo de los bailes del Club Pacífico y el Club Cipolletti, entre otros, y está en el recuerdo de aquellas generaciones.
Beatriz Carolina Chávez - Neuquén.
* Carta de lectores publicada en Diario "Río Negro", domingo 14 de junio del 2020.
https://www.rionegro.com.ar/juan-carlos-cholo-perego-acordeon-que-hizo-historia-en-el-valle-1396996/
https://www.rionegro.com.ar/juan-carlos-cholo-perego-acordeon-que-hizo-historia-en-el-valle-1396996/
ENLACES DE INTERÉS.
Nacido en Trenque Lauquen, Perego llegó a Cipolletti en 1949 desde Bahía Blanca, donde ya había formado su mítica orquesta “Los Ángeles”.
Hijo de un clarinetista, se destacó como eximio pianista de tango y jazz: todos querían contar con el Cholo Perego y Los Ángeles para sus bailes. Tanto que entre 1963 y 1969 musicalizó alrededor de 150 bailes.
Pero no todo fue música en la vida del querido Cholo: de intensa vida social, fue idea suya la construcción del arco que cruza la entrada a la ciudad por calle Toschi, similar a la que luce su Trenque Lauquen natal.
sábado, 12 de noviembre de 2011
HOY BAILE DE CARNAVAL EN EL CLUB ATLÉTICO REGINA.
BAILE DE CARNAVAL EN EL CLUB ATLÉTICO REGINA
ACTUACIÓN DE “LOS ÁNGELES DE PEREGO”
¡Hoy actúa perego en el Club!, la noticia en aquel Regina siestero corría por todos los rincones, los que estábamos en plena adolescencia, nos exitábamos sin poder dejar de pensar esa noche. ¡Perego era cosa mayor, y el querido Club, nuestro refugio!. El baile empezaba a las 12 de la noche cuando terminaba el corso, pero a las 10 ya estaba hasta la bandera, ¡tiras de globos cruzados formando una tela de araña de balcón a balcón. En el centro de la pista un pequeño e improvisado kiosco donde se vendían artilugios, matracas de madera, lanzaperfumes, serpentina, papel picado. Pomos de agua perfumada, etc. Llegada la hora del comienzo, aparecen los músicos recibidos con una estruendosa ovación vestidos de blanco. Cholo Perego cargando con su acordeón Se enfrenta al micrófono y presenta su grupo, los asistentes aplaudiendo a rabiar, ¡empezaba la velada más esperada del año, casi siempre se iniciaba y se cerraba con un pasodoble, la gente invadía la pista y comenzaban a sonar músicas de distinta sonoridad (porque el Cholo, sonaba distinto), era un” showman profesional “ y sus integrantes lo mejor del valle. A poco del comienzo mientras los bailarines apretujados insistiendo en girar cual si fuera la Meca, los mozos corrían por los pequeños pasillos con las bandejas cargadas de cerveza blanca o negra, “naranjina”, “bolita”, “hesperidina con menta” etc. la pista de a poco se convertía en un circuito resbaladizo por el lustre sacado con los zapatos pisando un colchón de papel picado y serpentinas. La gloriosa troupe de mozos veteranos como Melita, Maisanave, Cachirla, el negro Moreno, el flaco Cortés, etc. tenían que luchar a brazo partido para llegar con los pedidos hasta una fila de mesitas ubicadas sobre la vereda desnivelada alrededor de la pista. El bar estaba a la derecha de la entrada, las máquinas de café de chapa, de acero inoxidable, un estaño, unos espejos con la publicidad de la cristalería de la calle Reconquista, voces fuertes pidiendo la comanda, mientras (Cravich y Coco Sastre) sacando a la calle a los colados hasta la vereda. Entre el amasijo de parejas andaba un servidor, ¡enamorado hasta los huesitos de una disfrazada que no me mostraría nunca su rostro!, (Era la ley del corso), de pronto Danielito Ray arrancaba con el bolero cerezo rosa y mi mundo amartelado de bailarín tratando de seducir a mi pareja, se volvía tenso, extasiado, caliente, las palabras casi gritadas por el arrullo de la música no llegaban con el éxito deseado. Terminados los temas reglamentarios, salía volando hacia los baños que estaban a la izquierda de la entrada, inundados de orines y fuido acaroina. (Allí le juramentaba a mi amigo que me jugaría el pellejo para invitarlo al festín) De pronto se hacía un silencio: Cholo Perego presentaba a su típica y al frente un bandoneonista de Roca, Cholo al piano, un contrabajo y otro bandoneón cadenero, la gente encaraba la pista hasta que entraba el cantor Neiró de Roca, ¡una pinta de cantor que te cagas!, una voz que hasta sedujo a Leopoldo Federico al punto de viajar desde Buenos Aires para incorporarlo a su agrupación ( Neiró le dijo que no), todo se quedaba quieto, el cantor seducido por ese homenaje arrancaba con el tango “Mala suerte” que glorificó a Julio Sosa, ¡lo bordaba!. Mientras tanto yo seguía meta palo al mono tratando de agregar algún bagre a mi exigua colección de amantes. Tendría que esperar otro carnaval para jugarme la ganchera y volver al Barrio Don Bosco jurando que la próxima sería mejor!.
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