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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

lunes, junio 24, 2019

The Sportsman: 100 años de un clásico. Nacida originalmente en San Juan, la sastrería se convirtió en un ícono de la moda masculina local. En setiembre cumple un siglo.

En su oficina del primer piso del hotel Tower, vestido de traje oscuro, camisa blanca con corbata y pañuelo al bolsillo al tono y rodeado por el aroma dulce que arrojan los cigarros Cafe Creme, Andrés “Chacho” Peñalva (84) espera a la prensa “vestido para la ocasión”, dice. “No me visto así en mi vida cotidiana”, suelta el hombre de pelo cano y firme. El ambiente está rodeado de las cosas que más le gustan: hay banderas, juegos antiestrés, una foto en la que sale saludando al Papa Francisco y un regadero de portarretratos en los que aparecen sus seres queridos en fila india. Cuenta que el sobrenombre Chacho viene por un amigo de su padre y que tiene que ver con el parecido fonético de su apellido con  el apellido Peñaloza. “Me dicen Chacho por él”.
Este año no es un año más para Chacho: The Sportsman (TS), la tienda de ropa de varones más importante de la provincia, cumple 100 años. “Apenas 16 más que yo”, dice y ríe.“Los Peñalva son del pueblo de Autol, en Logroño, España. De allí vino mi padre Paulino a principios del siglo pasado, estuvo unos años en Uruguay y se vino para San Juan. Allí, junto con José Gil, en 1919 crean The Sportsman en el uno de los pocos edificios que no sucumbió ante el terremoto de San Juan de 1946”.

A Mendoza.

Paulino Peñalava pensó que a una casa de ese tipo le iría bien en Mendoza. “Se vino, dejó a Gil a cargo, y en 1926 puso un pequeño local en lo que hoy es la galería Bamac. “Allí dormía mi padre, sobre los mostradores”.

La sastrería se mimetizó con el gusto varonil de la época y “el localcito” -como lo llama- se hizo chico. Entonces, en 1940, con un buen margen de ganancia, TS se instaló en la esquina de San Martín y Entre Ríos. “Recuerdo que la persona que vino a tomar las medidas para los muebles lo hizo a ojo. Y a los días teníamos el mobiliario del local perfecto”.

Chacho retiene a esa época como “la de oro”. “Vendíamos fortuna; teníamos 40 vendedores y sastrería a medida”.

Para entonces el dueño ya se había recibido de contador e intentado realizar el doctorado en Ciencias Económicas de la UNCuyo, “algo que no pude efectivizar porque en esa época no tenía padrino de tesis. Por eso siempre digo que soy un doctorando”.

A cargo.

Luego de la muerte de Paulino en 1975, Chacho tomó las riendas del local. “Ya para esa época, la publicidad era muy importante para nosotros. Antes habíamos contratado a una especie de genio y familiar nuestro: Yoyo Giúdice, fue él quien cambió el tono del local en un momento complicado y con mucha competencia. Me lo trajo la madre y me dijo ‘¿no sé qué hacer con él’. Enseguida nos dimos cuenta de lo que era”. Giúdice era un personaje como pocos: escribía y actuaba en las publicidades que se hicieron muy famosas por la época. “Para estar en la cosa, hay que estar en la TS” y “The Sportsman, le mejor respuesta”, son dos de sus latiguillos publicitarios más precisos.

Igualmente, en materia de marketing, TS fue pionero antes de la aparición de Giúdice: “Fuimos los primeros proveedores de uniformes para colegios privados en Mendoza”, se enorgullece Chacho. Por caso, en el colegio de los Hermanos Maristas, antes del comienzo de clases, el local colocaba tres maniquíes con el uniforme: los padres de los alumnos tenían que ir a TS para adquirirlos. “Eramos monopólicos”, vuelve a reír.

Hacia 2006 los Peñalva idearon su propia marca de ropa premium: Piedravlanca , que corresponde a la traducción lineal del apellido, Peña es Piedra y Alba es: blanca, aunque dejaron la V original.

Traslado.

En 2008, después de 63 años en San Martín y Entre Ríos, TS se mudó. El local gigante pasó a ser uno más pequeño en San Martín casi Catamarca. “No fue fácil -recuerda el dueño- pero teníamos problemas con los mil quinientos (sic) sobrinos de nuestro socio Gil, así que vendimos esa esquina, les pagamos y su parte nos quedamos con la marca”.

En medio de la charla, aparece Érica, la secretaria de Chacho. Una mujer de modales refinados y colmada de gracia que viste como si TS contara con ropa para chicas. Ofrece un café y el dueño del local aprovecha para hacer descansar a su memoria.

Otro de los motivos del traslado, según Chacho, tuvo que ver con el cambio social de la ciudad. “Ese barrio estaba lleno de locales parecidos al nuestro: Ñaró, El Cóndor, Modart, Cervantes, que fueron cerrando de a poco. Y la zona bajó el nivel”.

Apenas dos años estuvo TS en Catamarca y San Martín, “hasta que a mi hijo Gonzalo se le ocurrió la gran idea de por el negocio donde está ahora: Montevideo y Avenida España”.

El local fue diseñado por el estudio de arquitectura Bormida & Yanzón. Para Chacho “es un éxito”.

Peñalva no oculta su antiperonismo: “Este país empezó su decadencia en 1946. En los años ’30 éramos la sexta potencia con un producto ‘per cápita’ igual que Canadá. Y hoy peleamos el puesto 154 junto con los países más pobres. El populismo nos mató”.

No obstante, Chacho se enorgullece de haber cumplido al pie de la letra las leyes laborales nacidas desde el peronismo: “En los cien años que llevamos, nunca, nunca -enfatiza- tuvimos un juicio por problemas laborales con nuestros empleados”.

Dice que las posibilidades para empresarios como él siempre son más difíciles en un país como Argentina que en otro. “Mi hijo siempre me repite: ‘si hubiéramos nacido en España seríamos El Corte Inglés; si hubiéramos sido chilenos seríamos Falabella’, y yo creo que tiene razón”.

Publicado en Diario "Los Andes" de Mendoza, domingo 23 de Junio de 2019.

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