Ante un falso dilema - Por José Alberto Zuccardi.
El autor sostiene que con el Acuerdo de Libre Comercio entre la Unión Europea - Mercosur se debe ser cuidadoso.
Por José Alberto Zuccardi - Bodeguero y presidente de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA).
El capítulo “vinos” de la negociación entre la Unión Europea
y el Mercosur en vistas a un acuerdo de libre comercio muestra un
enfrentamiento ficticio entre apertura y proteccionismo. Este falso dilema
esconde la falta de un procedimiento de consulta del gobierno nacional a toda
la cadena de valor vitivinícola y no sólo a opiniones parciales. Y lo que es
peor, oculta la ausencia de un análisis técnico de medición de impacto de las
consecuencias del acuerdo que se quiere impulsar.
En cualquier negociación de comercio internacional, las
asimetrías de un sector respecto del otro constituyen el núcleo central de la
discusión y la evaluación del punto de acuerdo en tiempo y condiciones de
intercambio. En el debate por el acuerdo entre Unión Europea (UE) y Mercosur,
varios sectores de la economía argentina coinciden en que hablar de aranceles
sin considerar los subsidios de la UE a su producción resulta al menos
llamativo, máxime cuando Estados Unidos ha advertido que no tolerará más subsidios
europeos en productos como lácteos, aceites y vinos y amenaza con subir sus
propios aranceles. Del mismo modo, China abrió un procedimiento antidumping
acusando a los vinos europeos de beneficiarse indebidamente de subsidios para
desplazar a otros competidores en el mercado chino.
La negociación entre UE y Mercosur se inició hace 19 años y
se fue demorando por los problemas de propiedad intelectual que reclama la UE y
las grandes divergencias de escala de mercados y de competitividad con las
economías de los países del bloque sudamericano. En el caso del vino, la salida
del Reino Unido de la Comunidad Europea cambia sustancialmente los términos del
intercambio ya que el “Brexit” reduce prácticamente a la mitad la demanda de
vinos del Mercosur a la UE y torna negativa la balanza comercial de intercambio
de vinos, según lo muestra el estudio del Observatorio Vitivinícola Argentino.
Respecto de las asimetrías, es esencial remarcar que la UE
destina sólo a la promoción de sus vinos unos 900 millones de euros por año,
presupuesto que concentran España, Francia e Italia y que este año se sumará
510 millones de euros extra para mejorar su competitividad en el negocio
mundial de vinos. A estos subsidios directos hay que sumar más de diez
programas destinados al sector productor y las líneas de financiamiento para
bodegas.
En este contexto, Argentina reduce reintegros de impuestos,
grava las exportaciones de vinos mediante retenciones, aumenta el costo del
dinero y lleva la presión fiscal a niveles récord. Por lo que una rebaja de
aranceles a cero en forma inmediata significaría que a partir de la puesta en
vigencia del acuerdo se reduciría del 27% a 0% el arancel de ingreso de vinos
europeos a Brasil y de 20% a 0% para Argentina; mientras que el ingreso de vinos
del Mercosur a Europa pasaría de 4% a 0%. Según datos del Observatorio
Vitivinícola Argentino esto llevaría a un incremento de la exportación de vinos
europeos al Brasil del 33% mientras que
la exportación de vinos argentinos a Europa crecería apenas 1,1%. Todo
ello sin considerar los posibles efectos en el mercado interno argentino, una
plaza de 800 millones de litros de vinos.
Lejos de falsos contrapuntos, la verdadera posición de la
vitivinicultura argentina expresada por la Corporación Vitivinícola Argentina a
la luz de datos y estudios de las consecuencias del posible acuerdo, afirma
definitivamente “sí” al acuerdo entre Mercosur y Unión Europea, “sí” a un
tiempo de adaptación y de convergencia arancelaria para equiparar asimetrías y
ratifica la intención de generar junto al Estado Nacional un programa de
competitividad de no menos de cinco años. Finalmente, aspiramos a involucrar a
los gobiernos provinciales en la negociación.
Aquí no hay un enfrentamiento entre colegas de la industria;
hubo sí conversaciones parciales basadas
en relaciones de cercanía más complacientes que institucionales. En temas
estructurales y estratégicos como los acuerdos internacionales, la
vitivinicultura necesita consolidar ámbitos de articulación pública y privada,
con participación abierta y argumentaciones técnicas y no fogonear debates
apurados atizados por conveniencias.
Publicado en Diario "Los Andes" de Mendoza, domingo 30 de Junio de 2019.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.